viernes, 3 de septiembre de 2010

Los Prerrafaelitas V: Edward Burne-Jones

Sir Edward Coley Burne-Jones nace en Birminghan el 28 de agosto de 1833, hijo de Edward Richard Jones y de Elizabeth Coley. La felicidad de su nacimiento duró poco
ya que su madre murió a los seis días de nacer y se quedó sólo con su padre, que fué quien le crió junto a a la desagrada
Un año mas tarde de conocer a Georgina, en 1853, entra en el Exeter College de Oxford, aquí entra en contacto con un personaje clave para su vida, William Morris, convirtiendose ambos en amigos inseparables. Descubre el mundo olvidado de la literatura , la historia y el arte medieval y queda embelesado por todo lo que descubre. Morris le incita a que lea en 1853 "Pintores modernos" de Jhon Ruskin, es en este momento de su vida donde conoce la existencia de los prerrafaelitas y en especial a uno; Dante Gabriele Rossetti. Conocerá a Rossetti y entablaran amistad, este le animará a que deje Oxford y se dedique a la pintura. En los primeros meses dedicados a si creación artística diseña sobre todo vidrieras con temáticas medievales ble ama de llaves de la casa familiar. Con la temprana edad de 11 años entra a estudiar en el King Edward's School, en su cuidad natal, Birminghan, escuela aclamada y famosa por su dura disciplina y severidad a la hora de impartir las clases. Es aquí donde empieza a apasionarse por el dibujo y los asuntos artísticos. Harry Macdonald, un compañero del colegio le invitará a su casa en 1952 y ahí conocerá a la hermana de este, Georgina, que se convertirá en su esposa en 1860.
El 19 de junio de 1860, Edward Bourne - Jones contrae matrimonio con Georgina Macdonald. Fruto de este matrimonio nacerán dos vástagos, Philip, que nace en 1861 y Margaret que nace en 1866. una hermana de Georgina, Alice, se había casado con John Lock-Wood Kipling, y en 1856 habían tenido un hijo, el futuro escritor Ruyard Kipling.
En 1864, Bourne - Jones entra en la aclamada sociedad Old Water Color Society, donde regularmente da a conocer sus trabajos. Todo esto hará que sus condiciones económicas crecan y su vida vaya siendo más confortable. Reside dos años en Italia (1871 - 1873), aquí entra en contacto con los grandes maestros del renacimiento de las escuelas veneciana, florentina y romana. Esto le permite completar su formación técnica al igual que le incorpora a siu registro nuevos temas y personajes.
1877 se considera un año clave para la vida artística de Bourne - Jones, ya que aceptó participar en la Grosvenor Gallery junto a Alma - Tadema, Millais, Leighton y Whistler. Pero nuestro querido Bourne-Jones fue el mas destacado en la muestra, y sus obras fueron elegidas para exponerse en la exposición universal de París de 1878. en la decada de los 80 fue considerado el mas grande artista britanico vivo. En los últimos años de su existencia, Bourne-Jones pintó obras de grandioso tamaño, como por ejemplo "el último sueño de Arturo en Avalon" de 7'5 metros de altura o el increible "Ciclo de Perseo". En 1894 fue nombrado caballero de reino de Inglaterra. Bourne-Jones murió en Fulham el 17 de junio de 1898. Seis días después de su muerte por petición del Príncipe de Gales se celebran funerales en su honor en la Abadía de Westminster, siendo el primero artísta de la historia en recibir tales honores.

"Astrología" 1863-1864.

Esta magnífica alegoría a la astrología la realizó entre los años 1863 y 1864 ( actualmente se encuentra en una colección privada). El Gouche fue expuesto con éxito en 1865 en la Old Water Color Society, que había acogido al Edward como miembro el año anterior. Mas adelante se expuso también en la New Gallery, en el año 1862 y otra vez en el
año 1898, en ambas ocasiones las críticas fueron excelentes por sus magníficos y bien realizados efectos lumínicos y las magnífica transparencia de los colores.
La alegoría llevan en sus manos una esfera, la presencia de esta permite demostrar la habilidad del artistan en la representación de la transparencia y de la profundidad. Bourne-jones utilizó este motivo, de gran cariño para el en otras de sus obras, como por ejemplo en la serie de acuarelas "Los días de la Creación" que fueron destinadas para servir de plantillas para las vidrieras de una Iglesia en Tamworth, en Stratdshire. en 1989 el artista introduce el mismo tema en el retrato de la Baronesa Deslandes.
Los símbolos esotéricos que se consiguen ver en el manuscrito antiguo que la joven tiene bajo sus brazos testimonian el interes de Bourne-jones
por la magia y el ocultismo. Además son un reminiscencia de los estudios de Literatura medieval que el artista siguió con pasión enuniversidad de Oxford. El amor por el arte y el culto al medievo fue su primera pasión juvenil, y guiará la inspiración artística de Edward toda su vida.
A la derecha Podemos ver un cuadro que se nombraban en la descripción de Astrología donde se muestra el cariño de Bourne-jones por la Iconografía de la mujer vella con una espera entre las manos. El retrato de la "Baronesa Deslandes" .

"Loa a Venus" 1868.
Este himno al poder del auténtico amor, por el que el pintor se sintió siempre subyugado, se inspiró en la leyenda germana de Tannhäuser, el poeta y el caballero
errante que había descubierto el reino secreto de venus. Se pone de manifiesto el interés incansable del prerrafaelismo y sus simpatizantes por las leyendas de la Edad Media Europea. Estilísticamente hablando el artista escoge colores muy intensos para la obra.





"La escala de oro" 1876-1880.
la realización de esta magnífica y gran tela (277x117 cm) le llevó muchos años; el arti
sta completó el dibujo en 1872, pero comenzó la pintura en 1876 terminándola cuatro años después cuando fue expuesta en la
Grosvenor Gallery.
Muchas composiciones de Burne - Jones se nutren de su amplia cultura literaria, y traducen los textos narrativos en forma pictórica. En esta caso, en cambio, predominan los elementos decorativos abstractos y formales, tanto, que el cuadro recibe también otros títulos. En su reseña del 8 de mayo de 1880 en la revista "Atheneum", el crítico de arte Stephens apun
taba que "no se sabe de donde viene, ya que pasan delante nuestro, ni dónde van ni quiénes s
on".
Una famosa modelo italiana, Antonia Caiva, posó desnuda para todos los cuerpos de la tela. Los rostros de las dieciocho muchchas son por el contrario elegidos entre las amigs y
familiares del Burne - Jones. Se reconoce a su hija, Margaret, a la actriz Edith Gellibrand, a Laura Littleton, a May Marris, hija de William, y a Frances Graham, hija de uno de los mecenas.
En esta pintura, el artista, de nuevo vuelve a manifestar su amor por la música. Desde el punto de vista estilístico no utilizó colores intensos, como había hecho por ejemplo en la "Loa a Venus", sino que se sirvió de una gama ilimitada de
colores, casi monocromada. La atención del Espectador se centra así en el dibujo y en los pliegues de los vestidos (que nos recuerdan a los vestidos de Fidias en la antigua Grecia) y en la atrevida arquitectura de la escalera

.
una demostración del enorme éxito que obtuvo la pintura de Burne - Jones y que se conserva en la Tate Gallery de Londres la prueba una copia de la pintura, que Barrington realizó en torno a 1890 para Lord Lloyd-Webber.


"El amor entre las ruinas" 1894.

Burne Jones realizó antes de este lienzo un Gouache con este tema, entre 1870 y 1873, después en 1894, llevó a cabo la pintura al óleo, para la que posaron María Zambaco y Gaetano Meo.
El encuentro con Frederick George Watts en 1858, y los viajes a Italia, contribuyeron a formar el clasicismo de Burne-Jones. Mientras el resto de prerrafaelitas seguían pintando temas medievales, el reelaboró, en clave original y personal, los elementos, clásicos, griegos y latinos, obteniendo resultados sorprendentemente moderno. Una muestra de ello es el relieve que vemos sobre la puerta en la parte izquierda del cuadro, y no solo el relieve toda la arquitectura en sí tiene fuertes caracteres clásicos.
Con este doble retrato, en la intensa y sufriente expresividad de los dos amantes, Burne-Jones alcanza uno de los mas altos niveles de expresión artística. La obra está invadida por una atmósfera de profunda y melancólica quietud, como si los dos jóvenes pudiesen escuchar el eco de una música lejana, evocada por el instrumento musical que el muchacho sostienes entre sus piernas.